De “mares y abismos”
I
Al oído misterioso
del oeste, el sol susurró:
- Está llegando el fin...
Más que un susurro,
estas palabras son
el sudario
del último aliento
en el morir diario
y horizontal
del sol.
II
Es malabarista
la briosa esfera,
que en el horizonte espera
y, a través de la brisa, grita
y desespera:
- Ya llegó el final…
Es malabarista
la briosa esfera,
que en el horizonte espera
y, a través de la brisa, grita
y desespera:
- Ya llegó el final…
III
Las fáculas lanzan
sus amarillos filosos
que rasgan al espacio
que pronto sangra colosal.
Las fáculas lanzan
sus amarillos filosos
que rasgan al espacio
que pronto sangra colosal.
IV
¡Ya ven el ocaso!,
a primera vista,
en la perspectiva de amor,
cuando la sangre abraza
tales lanzas occidentales;
sin importar acarrear
por todo el orbe
su gran pasión;
ni descender
al llano o al collado
hasta morir en la costa
de arenosa canción.
¡Ya ven el ocaso!,
a primera vista,
en la perspectiva de amor,
cuando la sangre abraza
tales lanzas occidentales;
sin importar acarrear
por todo el orbe
su gran pasión;
ni descender
al llano o al collado
hasta morir en la costa
de arenosa canción.
V
¡Sí!
El ocaso, el clímax, el fin...
Briscan en la mar.
Todo esto es más
que una profunda
decadencia,
es más
que una ensimismada
gloria.
VI
Se va el ocaso...
Y en el hombro misterioso,
el sol rayos llora...
Se va triste,
hasta darnos la espalda.
Cerró la puerta
y la luna se abrió
y sollozando dijo:
- Éste es el fin…
Se va el ocaso...
Y en el hombro misterioso,
el sol rayos llora...
Se va triste,
hasta darnos la espalda.
Cerró la puerta
y la luna se abrió
y sollozando dijo:
- Éste es el fin…
VII
Y lloró…
también lloró la luna;
y el oscuro cielo rescató
las lágrimas,
las cristalizó
y se las puso en las mejillas.
Sonrió y dijo,
como para mantener
la esperanza
en fresca sombra
o en diáfano brío lunar:
-¡No! No, querida amiga,
éste no es el final.
Autor: Mario Morquencho León
Pais:Perú
Y lloró…
también lloró la luna;
y el oscuro cielo rescató
las lágrimas,
las cristalizó
y se las puso en las mejillas.
Sonrió y dijo,
como para mantener
la esperanza
en fresca sombra
o en diáfano brío lunar:
-¡No! No, querida amiga,
éste no es el final.
Autor: Mario Morquencho León
Pais:Perú
Imágen: www.carlosmonsalve.com
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